¿El filósofo Séneca era realmente estoico?

Publicado el 13 de febrero de 2024, 23:27

Filósofo y preceptor del emperador Nerón, Séneca es una de las figuras más conocidas del pensamiento romano. Sin embargo, de él se ha dicho a menudo que no vivió según los ideales estoicos que predicaba.

 

“Algunas veces incluso vivir
es un acto de coraje”

 

Lucio Anneo Séneca, el autor de tal afirmación, sin duda lo necesitó más de una vez para sobrevivir a los reinados de dos emperadores, Calígula y Claudio que ordenaron su muerte. En ambas ocasiones se salvó pidiendo clemencia o consiguiéndola de otros; pero el siguiente en la lista, Nerón, no se mostró tan compasivo. Se dice que Séneca, fiel a su filosofía estoica, afrontó la muerte con serenidad; pero a juzgar por las pruebas que nos han llegado, tal vez no fuese un hombre tan impasible como se le suele retratar.

 

Por lo que respecta a su legado, Séneca es un caso particular entre los filósofos clásicos. Se le criticó en vida, se decía que no predicaba con el ejemplo; más que un filósofo estoico, se comportaba como un patricio romano, motivo por el que otros pensadores lo tacharon de hipócrita. Pertenecía a una familia acaudalada y, aunque no ostentaba su riqueza, tampoco se privaba de ninguna comodidad; persiguió activamente el poder y sufrió numerosas acusaciones de tener relaciones con mujeres casadas, si bien es cierto que en muchos casos podían ser maquinaciones de sus enemigos. El segundo motivo que hace de él un caso particular es que es que fue mucho mejor valorado por los pensadores posteriores que por sus contemporáneos. Los filósofos de la Edad Media y especialmente del Renacimiento recuperaron su doctrina porque esta reflejaba la preocupación por los ideales de una vida recta y justa. Séneca ha pasado a la historia gracias a su sencilla doctrina práctica que defiende la virtud moral como el único camino para alcanzar la felicidad.


“Para ser feliz hay que vivir
en guerra con las propias pasiones y
en paz con las de los demás”.

 

Esta es una de las citas que mejor define la filosofía de Séneca. Seguidor del estoicismo, Séneca enfocó buena parte de sus obras a ofrecer consejos prácticos para alcanzar la virtud moral, el único camino para conseguir la felicidad según su doctrina.  Pero el filósofo nacido en Córdoba también dedicó buena parte de su vida a la política, siendo senador y consejero de emperadores como Claudio y Nerón.  Viajes al otro lado del mundo, asesor del hombre más poderoso de Occidente, varias condenas a muerte, diversos adulterios y un accidentado suicidio: la vida de Séneca no pudo ser más intensa.


Gramática, retórica, filosofía y oratoria; desde muy joven, Séneca sintió pasión por las letras y el pensamiento. Pero pronto mostró también su otra cara, la ambición. Con la llegada al poder de Calígula, Séneca ya era el orador más importante del Senado. Y aquí comenzaron sus problemas. La fama y la influencia de Séneca en el Senado romano despertaron las antipatías del famoso emperador que le condenó a muerte. Sería la primera de hasta tres condenas a muerte, lo que demuestra dos cosas: que la actividad intelectual y política de Séneca tenía gran relevancia en Roma y que tenía muchos enemigos. 


A la muerte de Calígula, alcanza el poder Claudio con el que Séneca tendrá una relación muy compleja; nueva condena a muerte de la que se salva siendo desterrado a Córcega. La intermediación de Agripina, nueva mujer de Claudio, provoca que Séneca regrese a Roma para ocupar un cargo de pretor. Cuando Nerón alcanza el poder tras el asesinato de Claudio, Séneca encuentra el escenario adecuado para dar rienda suelta a sus ambiciones. Durante casi una década, el político cordobés se convierte en el gobernador en la sombra de todo el Imperio apostando por medidas prácticas y moderadas que serían muy celebradas por varias figuras posteriores, como el propio emperador Trajano. Hay que recalcar que el mejor periodo de gobierno de Nerón fue, precisamente este en el que el propio Nerón no gobernaba. Al principio, Nerón fue un prometedor discípulo suyo, sin embargo después se interpuso en el trabajo de su maestro. Estaba perturbado y era egoísta. Era vulnerable a las distracciones, paranoico e insensible, rechazó todos los consejos morales de su tutor comenzando su gobierno del terror. Séneca se vio obligado a apartarse de la vida política pero finalmente fue condenado a muerte por su presunta participación en una conjura contra su antiguo pupilo.


Según el dicho, el poder absoluto corrompe por completo. A primera vista es cierto. Nerón y su letanía de crímenes y asesinatos es el ejemplo perfecto. Muchos de los emperadores romanos eran tiranos. No obstante, hay otros casos como el de Epicteto, el cual entabló una amistad muy cercana con Adriano, un emperador que ayudaría a llegar al trono a Marco Aurelio, uno de los mejores ejemplos de un sabio rey filósofo. Así que no esta claro que el poder corrompa. De hecho, en muchos casos, depende de la fortaleza interior y de la consciencia de los individuos: sus valores, su control sobre los deseos y el convencimiento de que la justicia y la imparcialidad son capaces de contrarrestar las tentaciones que suponen la riqueza ilimitada y el respeto.

 

“Nuestro espíritu ahora es rey, ahora tirano:
rey cuando atiende a la virtud; pero cuando es
inmoderado y ambicioso se gana un nombre
detestable y cruel y resulta ser un tirano.”


Séneca fraguó una filosofía práctica centrada en la ética. Sus principales obras son los diálogos, algunos de sus libros se han llegado a comparar con manuales de autoayuda.  Entre las obras más importantes de Séneca está el diálogo "De la tranquilidad del alma", que resume buena parte de su doctrina estoica. Es aquí donde aparece el concepto de ataraxia y que se constata como la clave de una vida equilibrada y feliz. La ataraxia sería un estado superior de equilibrio que alcanzaría el sujeto al controlar sus pasiones, al mostrar fortaleza de espíritu ante la adversidad. Solo guiándonos por los principios de la razón y la virtud conseguiremos controlar las pasiones y los deseos, logrando esa serenidad que antecede a la felicidad plena. Así pues, la virtud derivará de la racionalidad, debiendo la inteligencia analizar y clarificar las pasiones, eliminando lo oscuro e irracional que haya en las mismas. Como nos recordaban estos sabios filósofos:

 

“La persona más poderosa es
la que se gobierna a sí misma”. 


Por otro lado, Séneca también mostró algunas ideas revolucionarias para su época, como la apuesta por una fraternidad universal superando los límites de conceptos como patria o ciudad o su rechazo de la esclavitud en un momento en el que los esclavos sostenían el Imperio romano. Pese a la influencia que tuvo en el Medievo, fue en el Renacimiento, de la mano de figuras como Erasmo de Rotterdam, cuando Séneca alcanza el cenit de su fama. Su antropocentrismo y humanismo, la afirmación de la igualdad de los hombres y, de nuevo, su defensa de la virtud moral en una vida sobria y serena encajan a la perfección con la ideología humanista del Renacimiento. 


Con todo, según buena parte de sus biógrafos, Séneca no vivió de acuerdo a lo que propugnaba. Se dejó llevar por la ambición, la cual no le brindó mucha paz y afectó a sus decisiones, traicionó a varios de sus defensores para salvar la vida, no condenó el asesinato de su antigua valedora Agripina por parte de su hijo Nerón, defendió lo indefendible para mantenerse en el poder y no rechazó los lujos que le proporcionaban sus cargos, amén de mantener algunos vicios que él mismo decía detestar. Era como si no creyera lo suficiente en su propia filosofía como para ponerla en práctica. Conocía el camino de la virtud, pero perseguía las recompensas que lo alejaban de él. Esta decisión le costó muchas noches de insomnio y le colocó en dilemas éticamente agobiantes.

 

Al igual que nosotros, Séneca estaba lleno de contradicciones. Por una parte, sus textos contienen algunas de las más hermosas meditaciones sobre la moral y la autodisciplina que se hayan escrito hasta nuestros días, y obviamente son resultado de una increíble concentración y claridad mental. Por otra, él era un creyente en el mérito propio, un ambicioso escritor político que aspiraba a ser recordado tanto por su prosa como por sus acciones políticas. Independientemente de si Séneca fue fiel a los principios que predicaba, lo que está claro es que sus enseñanzas han llegado a nuestros días y lo más importante, han beneficiado a miles de personas a lo largo de la historia, y seguirán ayudando a cientos de miles hasta la eternidad. Como diría el propio Séneca:

 

“Necesitamos la vida entera
para aprender a vivir.”

 

La virtud debe ser invocada en los momentos más difíciles de la vida, como la encrucijada en la que Séneca se vio cuando se le pidió que sirviera a Nerón. El carácter es destino. Cuando los demás teman y sean tentados, nosotros debemos ser virtuosos, de esta manera emergerá nuestra fortaleza.

 

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