Sophos

Esta palabra de origen griego significa “conocimiento”. Los estoicos se referían a la persona sabia, al maestro virtuoso. Sin ninguna duda esta era una de las metas del estoicismo, el de llegar a ser sabio, una persona que vivía de forma virtuosa y que era vista por los demás como un maestro. Los estoicos querían conocer al máximo todo lo que sucedía a su alrededor y así, de esta manera, podían diferenciar entre aquellos ámbitos que podían controlar y sobre los que podían incidir, alejándose de los que escapaban a su control. Al alcanzar esta sabiduría podían llegar a tener una vida tranquila, llena de paz y claridad mental, donde cada uno sea dueño de sus decisiones y que estas sean tomadas de forma razonada. El conocimiento era el primer paso para convertirse en una persona sabia.

El estoicismo como escuela filosófica ama la sabiduría, pero lo mejor de ellos es que intentan ponerla en práctica, es decir, no se trata de un conocimiento en la mente, sino que buscaban que todo lo que reflexionaban sirviera para el día a día. Más que la sabiduría en sí, se centraban en su practicidad y es que ser sabio es una virtud que se adquiere con la experiencia y para ello necesitaban probar todos aquellos conocimientos que habían adquirido para demostrar que le podían sacar provecho en la vida.

Para el estoicismo la vida era su tema central, el cómo vivir de forma plena y virtuosa. Es así como los estoicos han conseguido la etiqueta de gente sabia, de maestros de la vida, ya que se basan en unos principios que se fueron forjando a lo largo del tiempo y que siguen vigentes en el momento presente, lo que hace que sean dignos de admirar. Podemos afirmar que muchos de los estoicos más famosos se convirtieron en sabios, ya que tenían mucha sensibilidad y buen juicio. Tenían muy perfeccionado su propio sentido común y durante su vida habían adquirido mucho conocimiento que les hacía crear sinergias en diferentes temas que los distanciaban del resto de mortales. La sabiduría se adquiere con el paso del tiempo y la filosofía es una gran ayudante para saborear lo que nos ofrece, y en el caso del estoicismo, el hecho de practicar todo lo que sabemos la hace mucho más interesante.